LONDRES-BELFAST.- La capital norirlandesa intentaba alcanzar la normalidad tras vivir su quinta noche consecutiva de disturbios a causa del enfrentamiento por la bandera británica. Manifestantes probritánicos lanzaron durante la noche piedras y objetos incendiarios, pintura y petardos a la policía. También fueron dañados coches. Por primera vez desde el inicio de los disturbios, la policía empleó balas de goma y cañones lanzaagua.
La ministra británica para Irlanda del Norte, Theresa Villiers, pidió el fin de la violencia. "No se puede aceptar que la gente que quiera manifestarse por una decisión sobre una bandera hagan esto y lancen piedras", dijo en declaraciones a la BBC. "Esto es, sinceramente, una vergüenza".
A los disturbios les volvió a preceder una protesta pacífica. Los manifestantes protestan contra una decisión de las autoridades de Belfast de principios de diciembre de hacer ondear la bandera británica en edificios públicos sólo unos pocos días al año, lo que interpretan como un retiro del símbolo.
La decisión fue adoptada por el Gobierno local con los votos del partido proirlandés Sinn-Fein, así como de diputados de formaciones moderadas.
Los unionistas no quieren respaldar esa decisión, porque temen que Irlanda del Norte finalmente se independice del Reino Unido.
El primer ministro de la vecina Irlanda, Enda Kenny, manifestó su preocupación el por el futuro del proceso de paz, que se firmó hace casi 15 años. "Es muy importante que el proceso político prosiga", dijo Kenny.
La policía fue atacada cuando intentó separar a los unionistas pro británicos de los republicanos pro irlandeses. Los primeros levantaron barricadas y las incendiaron; los nacionalistas atacaron con proyectiles.
Desde el inicio de las protestas hace cinco semanas, más de 60 policías han resultado heridos y unas 100 personas fueron detenidas. Contra gran parte de los detenidos se ha abierto un proceso judicial. La calma sólo ha sido esporádica y llega de a ratos, ya entrada la noche, en estas últimas jornadas. (DPA)